Y tres puñaladas. El profesor que murió presuntamente apuñalado por su propio hijo, A. D. P., de 27 años, en la madrugada del martes en Alcalá de Guadaíra, recibió dos disparos y tres puñaladas, según los resultados de la autopsia. Su cuerpo tenía dos impactos de bala en el tórax. Además, recibió una puñalada en el cuello y dos más en el tórax (una de ellas en el corazón, que fue mortal).
El supuesto autor de los hechos prestó ayer declaración ante la titular del Juzgado número 1 de este municipio. Antes lo había hecho ante investigadores del Cuerpo Nacional de Policía.
Trágica discusión
Todo ocurrió a las 5.20 horas del día 1 en la casa familiar de la urbanización Pinares de Oromana. El fallecido salió al jardín con una escopeta, molesto por la explosión de unos petardos. Su hijo le recriminó su actitud y ambos se enzarzaron en una pelea.
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