La Oficina Federal de Investigaciones (FBI) ha reabierto la investigación sobre el paradero de un pirata aéreo que, en 1971, saltó en paracaídas desde un avión, llevándose los 200.000 dólares del rescate por los pasajeros. Desapareció sin dejar rastro y se convirtió casi en leyenda.
Ahora, Larry Carr, un agente del FBI de Seattle que recuerda la historia de 'Cooper' de cuando era un niño, ha solicitado su reapertura y la encara de otra forma: en lugar de tratarlo como un acto de piratería aérea lo ha enfocado como un robo bancario en pleno vuelo.
Y según dijo a la edición de hoy de The New York Times, "aquí estoy, 36 años después. Soy el único investigador del caso. Lo pedí porque quiero resolverlo".
El individuo, en 1971, era un cuarentón que, en noviembre de 1971, llevó a cabo el secuestro en la víspera del Día de Acción de Gracias, después de haber tomado el vuelo 305 de Northwest Airlines en Portland (Oregon) con destino a Seattle (Washington).
Dan Cooper o D.B. Cooper
Los testigos describieron entonces al pirata aéreo como un individuo de unos 80 kilogramos y 1,80 metros de altura, que vestía un traje oscuro, camisa blanca y corbata sujeta con un prendedor con una perla. Llevaba un impermeable oscuro y un portafolios, tenía ojos oscuros, cabello castaño corto, hablaba inglés sin acento extranjero y tenía la piel cetrina.
El FBI ha divulgado ahora retratos dibujados de D.B. Cooper, y fotos de la corbata que se quitó antes de saltar con paracaídas, y de los billetes hallados en el desierto, con la esperanza de que haya alguien que aporte información.
"Quizá haya quien se acuerde de que un tío desapareció en aquellas fechas y bien podría ser Cooper", comentó Carr.
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