De pequeño ya me encantaba el ruido de las botellas de la bodega de al lado de casa. Cuando trabajaba en el departamento de Psiquiatría de un hospital, me di cuenta de que realmente tenía otras inquietudes y que con la cultura del bar también podía ayudar a la gente.

Pero, ¿cómo?

La vida se juega en la copas, sobre todo las historias de amor y desamor. La copa es decisiva, el origen de una relación, luego ya vendrá una cena maravillosa con velas.

¿Y cuál es su favorita?

Depende del momento, a media mañana un Dry Martini y después de cenar un licor de café con vodka y nata. Es un postre delicioso.

¿Entonces, hay que romper con la tradición de que el cóctel es algo nocturno?

Desde luego, a media tarde para desconectar del trabajo sienta de maravilla.

¿Qué papel tiene la mujer en esta cultura de bar?

Gracias a aportaciones como Sexo en Nueva York, y la introducción de zumos y bebidas más dulces, la mujer rompe con la imagen del hombre barrigudo en el bar. Ellas aportan el glamour.

¡Sus Martinis Frappés son muy atrevidos!

Trabajo como un compositor, toco varios instrumentos y pruebo  con  jalapeños o wasabi. Para mí el bar es como una iglesia y el barman, un sacerdote.

BIO

Le consideran el reinventor de la noche barcelonesa con sus bares Dry Martini o Speakesay. Está casado.