Un refugiado sirio, salvado por su guitarra

  • Un ciudadano belga le oyó tocar en un campo de inmigrantes y le ofreció a él y a su familia vivir en su casa durante un año.
  • Khalil agradece que en el mundo todavía queden personas que hablen el lenguaje de la música.
Khalil, refugiado sirio.
Khalil, refugiado sirio.
AGENCIA ATLAS
Khalil, refugiado sirio.

Khalil es profesor de música, o al menos lo era, antes de huir de Siria en 2012. Acompañado de su guitarra, inició un largo exilio con un final feliz. Junto a su mujer y sus dos hijos, han dejado atrás Egipto y Turquía. Campos de refugiados donde animaba con sus canciones el espíritu maltrecho de los que huyen de la guerra.

Un ciudadano belga le oyó tocar en un campo de inmigrantes y le ofreció a él y a su familia vivir en su casa durante un año. Ahora trabaja en una cafetería y toca con un grupo en el sótano de su amigo. Gracias a su guitarra logró llegar hasta Bélgica, desde donde agradece con sus acordes la nueva vida que ha conseguido para él y su familia.

Sus hijos y su mujer estudian en instituciones belgas. Y, aunque parte de su familia sigue atrapada en Damasco, agradece que en el mundo todavía queden personas que hablen el lenguaje de la música.

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