Genética aplicada al maquillaje

Sesión de maquillaje en la escuela abierta recientemente en el Centro Tradicional (Francisco González).
Sesión de maquillaje en la escuela abierta recientemente en el Centro Tradicional (Francisco González).
Sesión de maquillaje en la escuela abierta recientemente en el Centro Tradicional (Francisco González).
Una escuela alicantina enseña a buscar el color de la belleza en cada persona. Hay que saber analizar el llamado «color genético» de cada cual y aplicarle tonos cálidos  –como los naranjas, rojo ladrillo, verdes, marrones– o fríos (grises, blancos, negros, rosas) y lograr proporción y personalidad: es el conjunto del color de la piel, los ojos y el pelo.El consejo es de Charo Sirvent Moreno, técnica en maquillaje, que junto con Carolle Partington, regenta una escuela de maquillaje abierta recientemente en el Centro Tradicional (calle César Erguezábal).

«Primero hacemos unas catas de color de maquillaje y siempre hay que usar el mismo color de la piel, de lo contrario, creamos una máscara y no embellece, tanto para una piel clara como una morena», indica.

Dentro del «visagismo», trabajan, por ejemplo, para realzar los ojos rasgados, que «lucen bastante», aunque los ojos caídos también tienen su atractivo, «para líneas ascendentes y con sombras», subrayan.

Hoy en día, los hombres también entran en la belleza y la imagen. Empiezan con correcciones, «las ojeras, alguna manchita... y poco a poco lo van extendiendo a toda la cara», describe Charo. Ellos suelen ser más constantes y se dejan aconsejar. Ellas ya llegan más informadas.

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