La mujer estaba citada esta mañana a un juicio con jurado en la Audiencia Provincial de Baleares en el que ha quedado ratificado el acuerdo de conformidad alcanzado entre las partes, por lo que la sentencia condenatoria por un delito de allanamiento de morada es firme.
La mujer era la propietaria de una vivienda en Manacor que tenía alquilada. En julio de 2016, se dirigió a la casa y llamó al portero automático, a lo que la inquilina le pidió un momento para poder vestirse porque se encontraba en el baño.
Sin embargo, la propietaria aprovechó que tenía las llaves de la vivienda para acceder al interior, y al salir del baño la inquilina vio que la arrendadora había entrado sin permiso. Entonces, la acusada se le acercó diciéndole de malas maneras que su marido no estaba pagando el alquiler y ella le pidió que se marchara.
La acusada le se negó alegando que era la propietaria de la casa, por lo que finalmente la inquilina llamó a la Policía.
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