Al menos diez huertos sobreviven a sólo cinco minutos del centro

En el barrio de El Coto quedan aún hortelanos que siembran lechugas y tomates y se resisten al desarrollo inmobiliario.
Siembran tomates y lechugas en plena ciudad.(Mercedes Menéndez).
Siembran tomates y lechugas en plena ciudad.(Mercedes Menéndez).
Siembran tomates y lechugas en plena ciudad.(Mercedes Menéndez).

Ocupan unos terrenos con un gran valor para las constructoras, rodeados de altos edificios. En pleno barrio de El Coto, a apenas cinco minutos del centro de Gijón, hay al menos diez huertos en casas unifamiliares que aún sobreviven al empuje del desarrollo urbanístico.

Cultivan todo lo que pueda crecer en tan poco espacio, pero sobre todo tomates, lechugas, patatas y pimientos. La gran mayoría de estos hortelanos son personas mayores que han nacido en estas casas y se niegan a abandonarlas, pese a la insistencia de las inmobiliarias.

Rosana García es una de las privilegiadas y recuerda que hace 30 años en este barrio sólo había casas como la suya. «Muchos cultivaban sus verduras y los había que hasta teníamos gallinas. Poco a poco se ha ido perdiendo», dice. Cuidar un huerto requiere mucho trabajo, «pero como mis padres están jubilados, tienen tiempo de sobra para ocuparse de él», reconoce.

Estas casas hoy llaman la atención en una zona tan céntrica de una ciudad de 276.000 habitantes. Tanto, que más de uno «estira el brazo para quitarnos la fruta». Alguno, incluso ha llegado a entrar «para cogernos el género», comenta, resignada.

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