El tráfico marítimo y la actividad pesquera nocturna contribuyen a que el ruido en estas zonas sea excesivo. Los más afectados: las personas que viven cerca de estas zonas y también la fauna y la flora marina.

Según el informe, la mayor o menor contaminación acústica también influye en la presencia de cetáceos, de manera que en las zonas cercanas a los puertos de Vigo, Marín y Ribeira apenas hay avistamientos de estos animales marinos.

Por el contrario, la zona norte de estas tres rías, que está menos degradada, son espacios por los que los arroaces tienen preferencia.

Trabajo bioacústico

Toda esta información se desprende del estudio Os Sons do Mar, el primer trabajo bioacústico de España que tiene como objetivo monitorizar y hacer un seguimiento acústico de los cetáceos en las Rías Baixas.

Fue llevado a cabo por la Coordinadora para el Estudio de los Mamíferos Mariños (Cemma), en colaboración con el Laboratorio de Aplicaciones Bioacústicas de la Universidad Politécnica de Cataluña y la Fundación Pedro Barrié de la Maza.

Datos del estudio

19 puntos de observación: El seguimiento de los cetáceos se hizo a través de 19 puntos de observación costeros entre la ría de Arousa y A Guarda.

200 horas de trabajo: Fueron 200 horas de trabajo de campo con más de 50 avistamientos de animales.

2.500 fotografías: En total se han recogido 2.500 fotos y grabaciones de vídeo que permitirá hacer publicaciones.

Pesca y tráfico marítimo, las causas

Los puertos gallegos soportan un gran tráfico marítimo e interior que genera una gran cantidad de ruidos. Las viviendas que los rodean, como en Vigo, deben soportarlo a diario. En A Coruña y Ferrol, en cambio, los nuevos proyectos ya están más alejados de la urbe.