Más de medio año después de su inauguración, la Estación Central de Autobuses de Delicias continúa mostrando deficiencias. Un parking mal señalizado, escaleras mecánicas de incómodo acceso o dificultad para conseguir un taxi son algunos de los problemas con los que los viajeros tienen que lidiar a diario y que se agravan en los periodos vacacionales. A esto se añade la dificultad para calentar el nuevo recinto en invierno o refrigerarlo en verano.

«Al final vamos a terminar todos crionizados», se quejaba ayer un viajero mientras esperaba, con abrigo y guantes puestos, a que le tocara el turno para comprar sus billetes.

En el interior del edificio, los únicos habitáculos que consiguen aislar del frío a los visitantes a la espera de su autobús son las cafeterías y salas de espera, que en los momentos de mayor afluencia no cuentan con el suficiente espacio como para albergar a todos los viajeros, y más estos días de afluencia masiva.

El acceso a la estación tampoco es una tarea fácil. A menudo los ciudadanos no saben dónde aparcar para situarse cerca de la entrada y terminan por los pasillos de la estación de tren.

Ya dentro, las escaleras mecánicas de subida y bajada se ubican cada una en un extremo de la estación, lo que dificulta el desplazamiento de los usuarios. Los ascensores están siempre llenos.

Las paradas de taxi siguen vacías

Los taxistas zaragozanos siguen sin ocupar las dos paradas de taxi establecidas para la Estación Central de Autobuses porque aseguran que «no tienen clientes y que a menudo pasamos largo rato hasta recoger a alguien». Además, afirman que el estado de las obras supone un impedimento para dar la vuelta, que no les resulta rentable. Por ello, los viajeros que requieren sus servicios deben desplazarse a pie hasta la parada de la estación de tren y esperar hasta que les toque el turno en la larga cola habitual.

CONSULTA AQUÍ MÁS NOTICIAS DE ZARAGOZA .