Los centros comerciales de la región están en el punto de mira de los atracadores. En poco más de una semana, dos de estos complejos han sido escenario de asaltos por parte de delincuentes armados. En ambos casos había clientes en su interior.

Este lunes, el afectado fue el centro comercial Plenilunio, en la A-2 (Barajas). El objeto del atraco: un furgón blindado de transporte de dinero que esperaba en la puerta del centro. Ocurrió sólo ocho días después del asalto al Ikea de Vallecas, donde una banda empotró un todoterreno e intimidó a las cajeras con armas antes de huir con 6.000 euros.

En el caso de Plenilunio, cuatro motoristas armados con escopetas aprovecharon el momento en que dos agentes de seguridad privada transportaban las sacas con 301.000 euros para agredirles y quitarles el dinero. Los asaltantes huyeron al instante, dejando a uno de los vigilantes con una brecha y a otro con contusiones en la espalda.

Dentro de Plenilunio las tiendas estaban llenas, aunque, según una portavoz, «no hubo ningún peligro, todo pasó en la salida y la mayoría de la gente ni se enteró».

Un trabajador de Loomis, empresa a la que pertenecían los agentes privados, explica que «en estas fechas aumenta el peligro, porque los delincuentes saben que se mueve mucho dinero». Además, «los centros comerciales son puntos de alto riesgo, el transporte de dinero en ellos está muy desprotegido». En lo que va de año, según este trabajador, ha habido al menos cuatro asaltos a furgones blindados.

«Una delincuencia muy agresiva»

Los agentes que transportan dinero se sienten «desprotegidos», más aún cuando les toca un centro comercial. Habitualmente van en grupos de tres (el conductor, el porteador y un escolta), pero el secretario de seguridad privada de UGT, Rafael Saldaña, exige un segundo escolta para estos casos. «Es una delincuencia muy agresiva; en los últimos dos años se ha extendido con la llegada de bandas violentas del Este y Suramérica», según un miembro de CC OO relacionado con el transporte de fondos.