La calidad de los menús y bocadillos ofrecidos en la mayoría de estos establecimientos dejan mucho que desear, como ha comprobado 20 minutos tras recibir varias cartas de lectores quejándose por el servicio. Según el Ayuntamiento, sólo cinco bares están autorizados para servir comidas. El resto no tiene las instalaciones adecuadas para ejercer de restaurante; sin embargo, algunos ofrecen platos combinados.

 

Los establecimientos comparten unos precios fijados por el Consistorio para bebidas y bocadillos simples, pero la calidad depende del bar, que tiende, sobre todo, a reducir la ración. Además, algunos suman un ‘plus’ a sus bocadillos al calentar el pan o añadir queso, por lo que el precio sube. Los usuarios creen que estos bares ofrecen cada vez peor calidad y no confían demasiado en la higiene de sus cocinas.

 

 

Los bares de piscina de Zaragoza son de lo más variado, tanto en instalaciones como en variedad y calidad de su servicio. Desde el establecimiento que sólo sirve un pequeño bocadillo por tres euros hasta el que ofrece paella y salchichas por seis euros. Además, en algunos el usuario dispone de numerosas mesas y terraza, mientras que otros apenas tienen espacio. Están obligados a compartir precios, pero cada uno busca el beneficio como puede, reduciendo la ración o utilizando materia prima más barata, lo que lleva a grandes diferencias en calidad. 

 

 

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