El consistorio considera "incompatible" estas agresiones con una sociedad que tiene entre sus fundamentos la tolerancia, la convivencia y la defensa de los derechos fundamentales.

El último acto de estas características tuvo lugar el pasado día 31 de diciembre, cuando las fachadas de las casas de algunos concejales aparecieron manchadas con líquido negro lanzado desde la calle.

No obstante, desde hace meses, los miembros del equipo de Gobierno han sufrido pinchazos de ruedas y otras agresiones en sus vehículos, con el riesgo que esto supone para ellos y para sus familias; así como varios desperfectos ocasionados en las fachadas de sus domicilios particulares. Estos actos "atentan contra los responsables públicos, pero también contra sus personas más cercanas que son totalmente ajenas a cualquier tipo de actividad política y pública", han resaltado.

Ante estos hechos, se han tomado las medidas oportunas que marca la ley y el consistorio confía en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad para poner fin y resolver estas actuaciones "intolerantes" y que "no representan ni al pueblo de Vilamarxant ni a su gente".