Esta prueba, que ha comenzado pasadas las 23.00 horas, en medio de una intensa lluvia y un fuerte viento, sirve para verificar la capacidad resistente de la estructura y el correcto ajuste entre las deformaciones previstas en el diseño de la ampliación y las registradas en la realidad, a pie de obra.

Según ha explicado la directora facultativa de los trabajos, Ana Fernández, la prueba se desarrolla en cinco fases: en primer lugar se colocan los 68 camiones (cargados), con un peso de entre 36 y 38 toneladas cada uno, en la mitad de la longitud de los nuevos tableros.

Posteriormente, se concentran los vehículos pesados entre el pilar y la junta de la parte central del puente, y luego al revés; en una cuarta fase se realiza la carga de forma individual en cada uno de los nuevos tableros; y, finalmente, se cargan ambos lados.

Estas maniobras se realizan con el fin de alcanzar el nivel de sobrecarga que indica la normativa aplicable al diseño de puentes de carretera y las recomendaciones del Ministerio de Fomento para la ejecución de este tipo de pruebas.

Durante la realización de la prueba de carga estática se han tomado datos topográficos para comprobar el comportamiento del puente. Además de esta prueba, y dada la singularidad de esta infraestructura (y la de la obra de ampliación), también se han llevado a cabo "pruebas de carga específicas para verificar el confort de los usuarios" que circularán por los nuevos carriles.