Ya han llegado a Málaga 824 niños saharauis, más de la mitad de los que van a pasar por el aeropuerto de la capital. Tienen entre siete y 13 años, y el resto del año lo pasan en los campos de refugiados de Tindouf (Argelia). En aquel desierto, la temperatura llega a los 55 grados en verano. Mejorar su calidad de vida es el objetivo de su estancia aquí. Es posible gracias a las 3.000 familias andaluzas que hacen un hueco en sus hogares y a la Federación Andaluza de Asociaciones Solidarias con el Sahara. Ésta reivindica que Marruecos desbloquee el Plan de Paz, aprobado por Naciones Unidas para esta ex colonia española. El 1 de septiembre, los niños volverán al desierto.