El Ayuntamiento de Alicante aplicará mano dura contra los vendedores ambulantes de coches y motos en la calle.

Con la nueva ordenanza que regula la venta lucrativa de servicios y actividades en la vía pública (que entró la semana pasada en vigor), el Consistorio eleva hasta 3.000 euros la multa a quien «exponga vehículos en la calle destinados a la venta acompañados de carteles indicativos de su precio, teléfono o dirección, aunque estén bien estacionados».

El endurecimiento de las sanciones se debe, sobre todo, a que «es complicado pillar a quien ejerce esta venta clandestina, ya que se suelen formar parte de grupos organizados para evitar la presencia policial», señala Juan Zaragoza, concejal de Ocupación de la Vía Pública.

De hecho, en lo que se lleva de año y según palabras del edil, «sólo se ha podido sancionar a un par de comercios de Conde Lumiares y plaza América que vendían motos en la calle y a otro par de particulares en el Pla por venta de coches».

Ante la dificultad municipal de pillar in fraganti a los vendedores ambulantes, «ya que si el coche, pese a que lleve el cartelito, si está en movimiento no comete delito», Juan Zaragoza anima a los vecinos que conozcan estos casos «a denunciar y que aparezca la grúa. La colaboración ciudadana es fundamental».