El rebelde se crece en el destierro

Se alejó del mundanal ruido madrileño para hacer una pausa en el camino y en un año sacó un disco con 17 nuevas canciones. Así es Quique González, intenso.
Quique González rechaza el título de cantautor que se le impuso.
Quique González rechaza el título de cantautor que se le impuso.
Quique González rechaza el título de cantautor que se le impuso.
Su currículum es intenso. Lleva siete discos en nueve años y no se priva de experimentar o incluso de cambiar radicalmente de vida. Primero rompió con las discográficas y se lanzó a la autoedición.

Después abandonó su ciudad natal, la ruidosa Madrid, para encontrar la calma en la tranquila Cantabria. Se iba a tomar un descanso y en un año tenía listo un doble trabajo con 17 temas. Quique González es así: imprevisible, espontáneo y sin pelos en la lengua.

Porque lo mismo dice que los músicos no tienen porque hablar de la piratería que arremete contra la industria discográfica. A la que, por cierto, ha vuelto para editar este séptimo trabajo, Avería y redención # 7.

Ahora dice que hay que centrarse en la música y no en el trabajo de producir. Y tanto se ha centrado y tan bien le sentó su destierro cántabro, que en vez de descansar se puso a componer con frenesí e incluso dejó una docena de canciones fuera del disco.

Además, ha cambiado su estilo y se ha alejado de sus últimas experiencias roqueras para proponer unas canciones mucho más desnudas. Las presenta acompañado de su nueva banda, La Aristocracia del Barrio, con la que monta una pequeña fiesta sobre el escenario con una puesta en escena sorprendente.

* Teatro Colón. Avenida de La Marina. Hoy, a las 20.30 horas. Las entradas cuestan 20 euros.

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