La ONG de desarrollo Madre Coraje ha instalado 12 contenedores en la capital para recoger aceite de oliva o girasol usado. Todos los mercados municipales tienen uno. La asociación vende esta sustancia para hacer biodiésel y así financiar sus proyectos de desarrollo en Perú. Además, tirar aceite por el fregadero genera las natas de las playas.
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