Los Príncipes de Asturias han sido los encargados de presidir la entrega de las Medallas de Oro al Mérito en las Bellas Artes, una ceremonia que se ha celebrado en la Catedral Primada de Toledo. Cientos de personas aguardaban frente al templo para observar la llegada de don Felipe de Borbón y doña Letizia Ortiz; cuando ésta se ha producido, han roto en aplausos y gritos de cariño.

Desde que en el año 1969 se concediesen por primera vez estas Medallas, Madrid albergó su entrega de forma continuada hasta el año 1992, y a partir de entonces, seis comunidades autónomas presumían de haber sido sede de tan prestigiosos premios. Algunas, como Andalucía, hasta en cinco ocasiones. Con el acto celebrado en Toledo, Castilla-La Mancha se suma a esta nómina.

Pasión, arte y sentimiento

Con estas Medallas se reconoce a aquellas personas o instituciones que destacan en lo dramático, lo musical, coreográfico, o la interpretación, entre otros muchos campos. Por ello, en la Catedral se han dado cita rostros conocidos como los de Ana Belén, Enrique Ponce, los integrantes del grupo Medina Azahara, Ferrán Adriá o Bernardo Bertolucci, todos ellos galardonados.

Pero también ha habido rostros conocidos entre los centenares de personas que han acudido como público invitado al evento; entre ellos, los cantantes Víctor Manuel o Raphael. Aunque lo cierto es que muchas de las miradas han estado concentradas en los Príncipes de Asturias. Don Felipe ha afirmado que "el arte enaltece nuestra cultura y engrandece nuestra nación", además de agradecer el gran trabajo de todos los premiados.

La actriz y cantante Ana Belén fue quien habló en nombre de todos los premiados, afirmando que "nos dedicamos a profesiones de una fragilidad extrema, en las que el aplauso es, a veces, lo más peligroso", y señalando que "la vida nos ha regalado a todos nosotros mucho más de lo que soñábamos cuando dábamos los primeros pasos".

La Catedral Primada, lugar elegido para albergar estos premios, aportó su historia, señorío y elegancia; aunque eso sí, en su contra jugó sin duda el intenso frío que los presentes soportaron durante las casi dos horas que duró la ceremonia. Al terminar el evento, muchos seguían siendo los toledanos que esperaban en los aledaños, con el objetivo de contemplar algún rostro conocido.