Cada vez menos madrileños optan por un abeto natural para decorar su casa por Navidad. El inclinarse por el árbol de plástico está ganando adeptos. Algunos, incluso, se animan a probar nuevas tendencias como árboles de madera o de fibra óptica. La principal razón por la que los artificiales ganan adeptos es que «con la calefacción no se echan a perder» y no hace falta replantarlos cuando acaba la Navidad, según los vendedores de este tipo de adorno.

«La venta de abetos naturales ha bajado», lamenta Eduardo, que ofrece

Con piñas, más caro

En la Plaza Mayor, un árbol natural oscila entre 20 y 200 €, y uno de plástico, entre 12 y 42. Si tiene piñas es algo más caro: hasta 75 €. «El año pasado se vendían más los de plástico. Ahora están de moda los de fibra óptica», cuenta Jorge, dueño de un puesto. Cuestan entre 20 y 85 €.

Hay opciones más modernas, pero son más caras. Sonia asegura que se ha comprado «un árbol para toda la vida». Es de madera (140 €). Si le sumamos las bolas se ha gastado «unos 500 euros».

De compras en la Plaza Mayor

Enrique. 49 años. «Los abetos tienen que estar en el bosque; ése es su sitio». «Siempre los he comprado de plástico. Creo que los abetos tienen que estar en el bosque porque ése es su sitio. Además, en casa, con la calefacción, se echan a perder».

Yaiza. 30 años. «Tengo uno de fibra óptica». «No me gustan los abetos naturales porque se cae mucho la hoja y hay que estar todo el día limpiando. He comprado uno de fibra óptica: viene con iluminación, así que no pierdes tiempo enredando las luces».

Éric. 31 años. «Es natural y lo pondré en la terraza». «Este año se me ha antojado un abeto natural. En casa tenemos una terraza grande y lo vamos a poner ahí, así no se estropea. Y cuando termine la Navidad, el abeto se quedará en la terraza».

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