"De repente me llamaron terrorista"

  • Hace hoy un año la Policía realizó una operación islamista en Ceuta.
  • Rachid Mustafa fue detenido y puesto en libertad.
  • La 'Operación Duna', ordenada por el juez Garzón, fue una de las más relevantes contra el terrorismo radical.
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Rachid Mustafa cuenta cómo fue su detención.
Rachid Mustafa cuenta cómo fue su detención.
J.S.
Rachid Mustafa cuenta cómo fue su detención.

Tal día como hoy, la barriada del Príncipe Alfonso en Ceuta se convertía en escenario de una intervención policial, ordenada por el juez Baltasor Garzón, contra el terrorismo islamisa. De los once detenidos en la llamada Operación Duna, sólo cuatro quedaron en libertad.

Rachid Mustafa, de 33 años, es uno de ellos. Auxiliar de policía y padre de dos niñas, fue sorprendido por el Cuerpo Nacional de la Policía mientras dormía. Aunque prefería "borrar lo ocurrido" de su mente, algo que ha conseguido gracias a su trabajo, asume lo sucedido.

Estaba durmiendo cuando rompieron la puerta. El trato fue correcto, no hubo ni empujones

¿Cómo recuerda aquella noche en la que fue detenido?

Todo me pilló de sorpresa. Estaba durmiendo cuando rompieron la puerta y accedieron al interior de la vivienda diciéndome que pertenecía a un grupo terrorista. Sin embargo, el trato fue correcto, tanto en la forma de hablar como el contacto personal y no hubo ni empujones ni golpes.

¿Cómo fueron esos cinco días que estuvieron detenidos fuera de la ciudad?

Se hicieron muy largos, sobre todo el trayecto, que duró 16 horas. Sólo teníamos ganas de llegar y dormir. Tampoco pudimos hablar con la familia y estábamos incomunicados.

¿Qué recuerda de esos días?

Sólo recuerdo que estaba deseando que llegara el juez para preguntarme y dejarme en libertad. No sabía si podía entrar en el procedimiento del ‘hábeas corpus', pero no tenía lógica porque el juez era el mismo que firmó la orden de detención. La Policía Nacional debió de aportar datos al juez para que ordenase la detención, por lo que sería absurdo que éste dijera que se trataba de una detención ilegal, ya que estuvo de acuerdo con que se produjera.

Garzón me hizo un par de preguntas y ordenó que me pusieran en libertad.

Una vez en Madrid fue interrogado por el juez Baltasar Garzón... ¿Cómo lo vivió?

Fue muy simple. Yo no esperaba ningún tipo de pregunta porque no había nada que preguntar. Me hizo un par de preguntas y ordenó que me pusieran en libertad.

¿Recuerda alguna pregunta?

Sí, si rezaba en alguna mezquita. Yo esperaba que me dijera algo normal en una detención, que si he hecho una cosa u otra, ya que se suponía que llevaban dos años investigándome. Necesitaba que me dijeran algo, principalmente para justificarlo conmigo mismo y poder asimilarlo. En cuanto a la pregunta de si rezaba en una determinada mezquita, creo que no tiene que ver para que uno haga algo. Tampoco había asistido a ninguna reunión, ya que siempre suelo ir a la mezquita que hay frente a mi casa y no a otra.

¿Le preguntó por los demás detenidos?

Sí. Yo les conocía de vista, pero nunca había hablado con ellos . En el barrio nos conocemos todos. Yo reparto las multas y hago los empadronamientos. Les puedo decir hasta las direcciones, al igual que todos los vecinos, pero no más.

¿Se siente marcado por la detención?

Los primeros dos o tres meses sí, porque cuando te miraba una persona no sabía por qué lo hacía. Después todo se calmó y el trato en el trabajo ha sido el mismo que antes de que se produjera mi detención. Decidí seguir con mi vida normal sin comerme mucho la cabeza, que es lo importante.

La detención me hizo todo el daño del mundo. De repeten te dicen terrorista.

¿Piensa que la sociedad tiene un perfil establecido para el terrorista?

Claro, le ven con barba y ya lo tienen claro. En mi caso, trabajando de auxiliar de Policía y vigilante de seguridad, podrían haber visto mi facilidad de movimiento, porque puedo entrar en el Ayuntamiento y en el Juzgado. También porque tengo barba y rezo. Todo esto es una suposición mía.

Pero no va a cambiar su aspecto...

Claro que no. Primero deberían saber si, en mi caso, la barba tenía algo que ver con la religión. Es un perfil marcado, sólo eso, ya que las personas que han perpetrado atentados casi nunca han llevado barba. Si yo quisiera maquillarme, me afeitaría.

¿Le produjo muchos daños morales?

Todo el del mundo. De repente me dicen terrorista. No me dicen ladrón o traficante, sino terrorista... Acusarte de terrorista es algo muy fuerte. La gente que trabaja contigo, se olvida, pero la que te ve sólo por la calle, tiene eso siempre pendiente.

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