Foro '20minutos' de innovación abierta: la 'revolución emocional' de las empresas

  • Seis profesionales del sector empresarial, bancario, académico y de las 'startups' debaten en '20minutos' sobre las relaciones entre ellos y el papel de la tecnología.
  • La innovación abierta, coinciden, es la vía de colaboración para hacer crecer el tejido empresarial de nuestro país y debe fomentarse en corporaciones y pymes.
Foro 'Innovación abierta para construir la sociedad del futuro'.
Foro 'Innovación abierta para construir la sociedad del futuro'.
JORGE PARÍS
Foro 'Innovación abierta para construir la sociedad del futuro'.

Una revolución "de impacto", con un claro componente emocional y que, más que en el futuro, vive con ganas un presente lleno de retos; sobre todo en España. Es la llamada innovación abierta. La que conecta a grandes corporaciones y pymes con las nuevas ideas de las startups (empresas emergentes), usa la tecnología como motor y trata de mejorar la vida de las personas. Su razón de ser.

Son algunas de las claves que este miércoles han lanzado seis reconocidos profesionales de distintos ámbitos en el Foro organizado por 20minutos y Bluemedia Innovación abierta para construir la sociedad del futuro, conducido por la directora del diario, Encarna Samitier, y patrocinado por la compañía Acciona.

"Agilidad y coste imbatible"

Experto en transformación digital y con decenas de proyectos a sus espaldas en este campo, el Grupo Barrabés considera que el modelo de la innovación abierta es, hoy por hoy, un modelo "ganador". Su consejero delegado, Luis Martín, lo ha explicado con un sencillo dato: "La tasa de supervivencia de una startup es, aproximadamente, de un 7%", pero si en vez de caminar sola se sitúa "al lado de una corporación", el porcentaje sube hasta el 63,4%.

Estas alianzas, según su experiencia, son básicas para ofrecer algo más que un "servicio objetivo". El "gran salto", de hecho, se produce cuando se juntan "la agilidad y el coste imbatible" de una startup con el diagnóstico "inmejorable" que las grandes empresas tienen de aquello que necesitan; y esto se puede buscar dentro, fuera o crearlo desde cero. Hay que estar, según Telmo Pérez, director de Innovación de Acciona, "abierto de mente".

Para él, la innovación abierta va a ser la revolución "que más impacte" a pesar de que la del Internet de las cosas o la Inteligencia Artificial, por ejemplo, hayan marcado la historia reciente. Siempre, eso sí, con un objetivo en el horizonte: "competitividad". Acciona "siempre se ha definido por su foco en la sostenibilidad y la innovación", añade, por eso está decidida a posicionarse en áreas "trascendentales" como el cambio climático o la falta de recursos.

Gente pequeña que cambia sectores

¿Cómo hacerlo? "Las corporaciones deben abrirse a las startups, y para esa colaboración hay varias herramientas". Acciona ha escogido un programa de aceleración, "aunque en realidad son ellas las que nos aceleran a nosotros", apunta. A su juicio, las universidades o los centros científicos ya no monopolizan, como antes, la innovación y actualmente ya hay "gente con equipos relativamente pequeños que pueden cambiar sectores enteros". Como la plataforma GOI.

Su fundadora y consejera delegada, Yaiza Canosa, ha detallado cómo su empresa aúna tecnología y servicio, en concreto, el de encontrar vía internet un transportista profesional para una mudanza o cualquier envío voluminoso. Innovación es "el presente", asevera, "es el cambio de roles en el ser humano, cómo socializamos, cómo compramos", de ahí que las "implicaciones emocionales" estén en el centro de todo. El tiempo de los procesos y los avances también define la innovación, señala: "Hace 100 años, eran décadas; ahora son años".

El matiz humano, para Manuel Álvarez, subdirector general de Kineo, es crucial. Para su empresa, que empezó con una necesidad de colaboración con centros universitarios y de investigación, "estar en contacto con el usuario final" es una máxima y liga directamente con la innovación abierta, un concepto que considera "intrínseco" a una pyme. Kineo analiza datos geolocalizados (anonimizados) de dispositivos móviles y proporciona a empresas públicas y privadas información demográfica y de movilidad.

Una labor de conexión e impulso que también asumió, en 2011, la entidad Ibercaja. Toño Ruiz, director de los programas de emprendimiento y aceleración corporativa de la Fundación Ibercaja, ha relatado en el Foro que, dentro de la obra social, apostaron por "crear tejido emprendedor", y "no solo" para jóvenes, sino para gente de cualquier edad; desde entonces, han visto la luz unos 400 proyectos y se han creado 2.000 empleos directos. "La innovación es ese mensaje hacia lo inexplorado", ha sentenciado.

Desde la perspectiva más académica, Daniel Soriano, responsable de Transformación cultural e Innovación corporativa de FT|IE Business School Corporate Learning Alliance, ha abundado en el preceptivo "conocimiento de las personas" y ha destacado el papel de los apoyos en cualquier aventura empresarial; "tiene que estar todo bien cohesionado", apunta, porque a veces las relaciones desiguales y la "asfixia" corporativa acaban con las iniciativas: "La explotación mata al explorador".

¿El próximo Silicon Valley?

¿Es todo oro lo que reluce en la innovación abierta? Ni mucho menos. En España "falta evangelización", según Ruiz (Ibercaja), que asegura que ahora las grandes empresas ya no ven a las startups "como esa pequeña gente de la que me puedo aprovechar", pero sí cree que, además de un posible cambio en la regulación, es necesario "que la gente se dé cuenta de que puede funcionar". Para Álvarez, hay que integrar la innovación abierta en la "cultura corporativa" y, sobre todo, "no poner trabas".

Canosa (GOI), por su parte, cree que las comparaciones del estilo 'queremos ser el próximo Silicon Valley' son "un error", y si bien no espera que el ecosistema español madure hasta dentro de al menos una década, considera que estamos "en un momento bueno". Su visión optimista coincide con la de Martín (Barrabés), que sin embargo ha matizado que "el pan para todos" no debería ser norma y que no es ningún "drama" el hecho de que algunas iniciativas empresariales salgan adelante y otras no.

"Es demasiado heroico emprender en España", dice, "hay que dejar de lado la heroicidad". Para dinamizar un ecosistema empresarial, las corporaciones y las pymes tienen que meterse de lleno en la innovación abierta y, a juicio de Pérez (Acciona), el capital privado debe jugar un papel notable. Así, y al margen de una cierta mejora en la legislación "ayudaría", ha puesto de ejemplo el modelo israelí que, más que dar dinero a fondo perdido, "acompaña al capital privado". Y ha añadido que dos tercios de los nuevos empleos los generan "empresas de nueva creación".

Soriano (IE), por otro lado, ha instado a las empresas y sus responsables a "demostrar" más a menudo que están comprometidos cuando se embarcan en una relación con startups; y, en cuanto a las relaciones entre universidades y centros de investigación y las empresas, opina que, a pesar de la brecha existente, la conexión "se puede lograr".

No todo son "grandes tecnologías"

Falta "fluidez", ha contestado Pérez (Acciona), "los acuerdos con universidades son casi proyectos puntuales". Y Álvarez (Kineo) ha añadido que a veces la labor de "traducción" entre lo que quiere la universidad y el cliente final es compleja. Aquí las pymes —"el tejido empresarial español"— podrían tener mucho que decir, según Ruiz (Ibercaja), porque las universidades y las necesidades del mercado no siempre van en sintonía; no obstante, ha recordado que de los campus también han salido proyectos estrella, como la empresa de sensores Libelium, que nació en la Universidad de Zaragoza.

"Nosotros hace dos años nos enfocamos en lo público; no nos podemos permitir el lujo de que la universidad no forme parte de esto", ha afirmado Martín (Barrabés), "tenemos que decidir el modelo de universidad que queremos". Soriano (IE) ha destacado el talento y la capacidad de conocimiento existentes en la sociedad y en el mundo académico y recordó que la tecnología está "al servicio" de ello. Y muchas veces, destaca, ni siquiera están en juego "cosas superinnovadoras".

En la misma línea, Canosa (GOI) ha recordado que grandes tecnologías —coches autónomos, IA— "hay muy pocas" y que quienes apuestan por la innovación abierta deberían "quitarse presión". "El gran cambio", en su opinión, no es ese, sino "estar al servicio de las personas", lo que en su empresa se tradujo como "aportar tecnología a un sector tradicional e invertir la cadena de decisión", esto es, que el consumidor pudiera elegir la hora a la que le llegara el pedido, seguir su evolución, etc.

"Tampoco nosotros pensábamos en crear un nuevo producto", ha apostillado Álvarez (Kineo). "Veíamos que para planificar infraestructuras o transportes todo se basaba en encuestas", dice, "pero son caras"; así que empezaron a investigar con qué fuentes de datos podrían reconstruir información de movilidad, como las "trazas digitales". En 2012, hicieron un prototipo y funcionó. La tecnología nos ofrece "una herramienta increíble" en un país de servicios, según Martín (Barrabés).

Otros ejemplos concretos los han aportado Ruiz (Ibercaja) —"Cada vez más empresas medianas nos pedían ayuda en los procesos internos"— y Soriano (IE) -que ha hablado del proyecto Insulclock, criado en su incubadora-. Y este último ha recordado, para concluir, que no solo las buenas ideas pueden venir de las startups, sino también de los empleados de las grandes corporaciones —"A veces el intraemprendimiento se ve como un virus"—, que tienen también "derecho" a estar motivados y "emocionados".

Por último, Pérez (Acciona) ha destacado que todo el camino está por hacer. "Estamos viviendo unos cambios únicos, en 15 años todo será diferente". Hace 20 años, recuerda, no existía el negocio renovable y hoy es el alma de la compañía.

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