La decisión de cerrar las instalaciones de la Universidad durante la semana del 22 de diciembre al 2 de enero, anunciada la semana pasada por el rector, Evaristo Abril, no ha pasado inadvertida.

Para algunos, sobre todo profesores, será un problema porque sus despachos estarán totalmente cerrados y no podrán acceder al material de sus ordenadores ni a libros que están en las facultades y no se pueden sacar.

La razón es la reducción de costes y poder cuadras las vacaciones. Así, la Universidad ha calculado que esta semana de descanso puede suponer 100.000 euros de ahorro entre los gastos de calefacción, luz y personal, entre otros.

Investigación

Lo que no se quiere provocar es que los proyecto de investigación pasen problemas. Los investigadores, que cuentan con tarjetas y llaves de los edificios, podrán entrar en los laboratorios.

Esto es algo que en facultades como la de Ciencias ya ocurre desde hace años porque hay que mantener los equipos y dejar muestras para sus proyectos a horas que no siempre son las lectivas.

Los estudiantes tampoco tendrán problema porque el aulario estará abierto el 26, 27 y 28 de diciembre de 9 a 20 horas. La semana siguiente se cerrará, pero para ese entonces ya estarán las aulas de estudio de las facultades.

Juan Carlos López. Dtr. Dep. Química Física: «El que tenga que venir a trabajar lo hará»

Su departamento es de los que no están vacíos ni los fines de semana por eso que se cierre la facultad de

Ciencias durante Navidad no será ningún problema.

«Estamos acostumbrados a venir a trabajar cuando no hay nadie, tenemos llaves. Lo único que será un problema será la calefacción apagada. Hemos pedido que la dejen encendida y han dicho que se puede negociar. Creo que no va a pasar nada grave porque se cierre. El que tenga que trabajar lo hará, más o menos cómodo».

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