Hay quienes, por desgracia, no tienen dinero ni para pagarse su funeral, ni a un familiar cercano que corra con todos los gastos. Pero, aun así, esas personas pueden tener un entierro digno. De eso se ocupa el Ayuntamiento, que cada año crema o inhuma a medio centenar de pobres en el cementerio de Málaga (Parcemasa).

Alrededor de 40.000 euros reserva el presupuesto municipal anualmente para el servicio de beneficencia, aunque se puede incrementar dependiendo de lo casos atendidos en cada ejercicio. En 2006 dio cobertura a 47 personas, una cifra similar a la de 2005, según el Consistorio, que aún no tiene contabilizadas las de este año.

Un aviso al distrito

El procedimiento comienza con un aviso desde Parcemasa al distrito al que esté empadronado el fallecido. Un asistente social certifica que esa persona o su familia, si la tuviera, no disponen de recursos para pagar el servicio. Es entonces cuando el Ayuntamiento se hace cargo y ofrece un entierro normal o una cremación. Incluso si tuviera familiares cercanos, pone a su disposición, de forma gratuita, la sala de duelo, así como la capilla para el servicio religioso o ecuménico.

A falta de un perfil definido sobre estas personas sin recursos, en el área de Bienestar Social explican que la mayoría de ellos viven solos o no tienen familia. El precio de una cremación simple (sin misa ni otra actividad) en Parcemasa oscila entre 450 y 500 euros y pasan a estar cinco años en un nicho. Algo similar cuesta la inhumación por cinco años.

Más de 350 sin techo en las calles

Hombre solitarios entre 45 y 50 años, aunque cada vez hay más mujeres. Éste es el perfil de la mayoría de las más de 350 personas sin techo que malviven por las calles de la ciudad, a expensas de la buena voluntad, según datos de Cáritas Diocesana de Málaga.

Se calcula que un 40% sufre graves problemas de salud, sobre todo mentales. La mitad de estas personas asocian vivir en la calle con la bebida y las drogas y ya son adictos a alguna. Su esperanza de vida es veinte años menos que el resto.