Fue la víctima quien denunció ante la Policía que recibía llamadas telefónicas durante las madrugadas desde un teléfono oculto. El interlocutor de esas llamadas no hablaba y parecía que se estuviera masturbando. Las llamadas, según explicó, le alteraban el sueño por la frecuencia y horas.
Según ha informado la Delegación del Gobierno en un comunicado, la investigación policial identificó el número de procedencia y permitió averiguar la identidad del usuario, tratándose de la persona detenida, quien además, con las llamadas maliciosas investigadas, quebrantaba una orden judicial en vigor que le prohibía comunicarse durante dos años con la denunciante con motivo de un episodio anterior de la misma índole por los que fue condenado.
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