El actor Kevin Spacey se recluyó en un centro especializado en tratar trastornos de adicción al sexo en Arizona después de comenzaran a salir a la luz las denuncias y acusaciones de numerosas personas que le atribuían abusos y conductas de acoso contra ellos, en algunos casos siendo menores de edad.

Desde que el actor ganador de dos Oscar, de 58 años, hiciera público un comunicado en el que pedía perdón por lo que pudiera haber hecho al actor Anthony Rapp, el primero que le acusó, y en el que reconocía su homosexualidad, no se había vuelto a saber nada, excepto que había entrado en un centro para tratar su adicción al sexo.

Ahora, la web especializada US Weekly publica las primeras imágenes del actor dentro del recinto de la clínica de rehabilitación The Meadows, el mismo centro donde estuvieron ingresados Tiger Woods, David Duchovny y Michael Douglas por trastornos similares.

El actor aparece fuera de los edificios de la clínica, con gorra y grandes gafas de sol. En algunas imágenes porta una esterilla de las utilizadas para hacer yoga, mientras que en otras porta un libro mientras pasea por el recinto.

El centro en el que se encuentra cuesta 28.000 dólares mensuales (24.000 euros) y los tratamientos se mueven entre normas estrictas, como no tener apenas acceso al móvil ni internet, no fumar o llevar una ropa determinada y terapias relajantes que incluyen yoga, equitación, o sesiones de trabajo con animales de peluche.

Spacey no es la única celebridad que ha sido recientemente multiacusado de abusos sexuales, pues en la misma clínica de Arizona está también tratándose el productor Harvey Weinstein, sobre el que recae una cascada de acusaciones de múltiples mujeres y cuya historia abrió la caja de Pandora de la lacra de los abusos sexuales en Hollywood y la industria del cine.