En lo que respecta a los ingresos, el arzobispo auxiliar de Valladolid, Luis Argüello, ha señalado que el grueso del total de 11.955.206 euros procede de las aportaciones de los fieles (4.950.712 euros); seguido de la asignación tributaria (3.182.121 euros); otros ingresos corrientes y subvenciones (2.001.648), y por último, ingresos de patrimonio y otras actividades como alquileres o ingresos financieros (1.820.723 euros).

Aunque los ingresos extraordinarios han supuesto una cifra de 12.071.391 euros, Argüello ha señalado que la Iglesia ha aportado 1.046.896 euros de sus propios fondos, puesto que ha habido una necesidad de financiación extraordinaria derivada de gastos que no se habían incluido inicialmente en el presupuesto.

La mayor partida del gasto, 5.615.422 euros, se ha invertido en la conservación de edificios y gastos de funcionamiento, seguida de la retribución del clero (3.016.135 euros), las acciones pastorales y asistenciales (2.524.326 euros), las aportaciones a los centros de formación (572.609 euros), y la retribución del personal seglar (462.885 euros).

Por otro lado, los gastos extraordinarios han ascendido a 926.908 euros destinados a la construcción de nuevos templos (756.244) y a programas de rehabilitación (170.663). En este sentido, Argüello ha recordado la creación del nuevo centro parroquial del municipio vallisoletano de Zaratán o el del barrio de La Flecha, en Arroyo de la Encomienda (Valladolid), cuya inversión total podría ascender hasta los 2,5 millones.

DIÁLOGO CON LAS INSTITUCIONES

Argüello también ha hecho una llamada general al diálogo con las instituciones para realizar convenios de uso de aquellos templos que han cerrado sus puertas, como es el caso de los monasterios de Santa Catalina y San Quirce en la capital vallisoletana.

Esta es la "única" solución posible a juicio del arzobispo auxiliar, quien ha destacado la "dificultad" de la venta de este tipo de espacios. Por ello, ha solicitado un diálogo a diversas bandas y niveles -Junta, Diputación y Ayuntamiento- con el objetivo de destinar estos edificios al "mejor fin".

El establecimiento de estos convenios sería un "alivio", ha indicado Argüello, pues ha reconocido que es una "preocupación" no dar uso a lo que se tiene. Además se suma el problema del "deterioro" que sufren los edificios deshabitados, ha agregado.