Los vigueses prefieren el abeto artificial por económico

  • La venta de árboles naturales ha bajado más del 30%
  • Una Patrulla Rural va a vigilar la tala de árboles en los montes
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Las familias viguesas ya han empezadoa a desempolvar las cajas con bolas y lazos que guardan de un año para otro para decorar los árboles que lucirán en los salones de sus casas. La elección del abeto es cada vez más clara en la ciudad: mejor el artificial.

No mancha, se puede guardar de un año para otro y no hay que preocuparse por replantarlo. Así de claro lo ven los vigueses que prefieren ahorrarse el gasto en un árbol nuevo cada año. Un abeto natural puede ir de los 7 euros el más pequeño, hasta los 35 euros por uno de dos metros y medio.

«La venta de abetos naturales ha bajado, pero no por cuestiones ecologistas, sino económicas», señalan en un vivero de la ciudad. En estos establecimientos han visto como en diez años el negocio del abeto natural ha descendido más del 30% y cada año adquieren menos árboles de este tipo. En España se cultiva medio millón de abetos para adornar las casas en Navidad.

La mayor parte de los abetos que se venden en Vigo son de cultivadores foráneos. Y ojo a los que quieren ahorrar y optan por el ‘autoservicio’, porque el Concello ha advertido que una Patrulla Rural vigilará la sustracción de árboles en los montes.

Un plan para después de Reyes

En maceta: Se recomienda comprar el abeto en maceta para mantenerlo después como planta de interior o trasplantarlo fuera.

Agua diaria: Debe regarse todos los días, aunque, eso sí, evitando los excesos.

Aire fresco: Si está en el interior de la casa debe sacarse fuera para que se airee o abrir las ventanas un par de horas al día.

Lejos de la estufa: El calor acaba con la vida de los abetos. Mucho mejor si se colocan cerca de una ventana o, si es posible, en el exterior.

Un plan para después de Reyes

Cada año aparecen montones de árboles en los contenedores. Para después de estas fiestas, el Concello dará la oportunidad a los ciudadanos de que depositen su árbol en el vivero municipal.

Pero para que se puedan replantar y no se tengan que destinar a abono hay que cuidarlos en casa. La gran mayoría de los que se devuelven a los viveros llegan en malas condiciones porque la calefacción y los adornos acaban asfixiándolos. Al final, sólo sobreviven el 5% de los abetos que se venden.

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