Corrigiendo errores

Impulsado por la Federación Catalana de Actividades Recreativas Musicales (Fecasarm), el pacto prevé una diagnosis acústica para determinar de dónde proviene el ruido. En este caso, ha costado cerca de 1.800 euros al propietario. Además, se ha tenido que intervenir en la entrada y en la parte posterior del bar de la calle Nou de la Rambla, número 44, para poder minimizar los ruidos. Asimismo, el techo y las paredes del local se han revestido de material aislante.

El conjunto de medidas ha costado al propietario 82.000 euros. En anteriores actuaciones en Sitges, el Ajuntament del municipio se hizo cargo del gasto del diagnóstico.

Cárcel por molestias estresantes

La anterior propietaria del bar Donegal se enfrenta a una pena de hasta nueve años de cárcel por un presunto delito de lesiones y contra el medio ambiente. Parecido es el caso aún abierto del bar musical Macumba, cuyo propietario se enfrenta a nueve años de cárcel por el estrés, la ansiedad y los trastornos depresivos ocasionados, presuntamente, a los vecinos con el ruido del local. A la lista se añaden los casos de El Portet y el Cangrejo.