En una pescadería o mercado muchos clientes no saben distinguir lo foráneo de lo autóctono y se llevan, y pagando bien, productos del mar de Marruecos, Canadá o Francia como si fueran gallegos. Para evitar confusiones y sobre todo fraudes, desde 2008 todos los mariscos, pescados e incluso algas marinas de la comunidad llevarán un sello propio que las distinguirá del resto.

La campaña, bajo el nombre PescadeRías, de onde senón?, se iniciará el 15 de febrero con anuncios publicitarios y llegará a los mercados en marzo. Según explicó ayer la conselleira de Pesca, Carmen Gallego, habrá 99 especies protegidas con esa distinción, con la que se garantizará la frescura y la calidad propias de los productos gallegos.

Además de certificar su origen, los mariscos y pescados que lleven el sello cumplirán unos requisitos: gran calidad y un plazo máximo de 24 horas entre su captura y su desembarco o venta. No podrán acceder a esta marca distintiva ni productos de acuicultura ni los obtenidos en aguas dulces.

En un principio, serán 23 las lonjas gallegas que comercializarán este sello, que según la Xunta «beneficia a todos» y que extiende al mar el lema de Galicia calidade. «Los consumidores podrán escoger productos de aquí o de fuera, hay mercado para todos», destacó la conselleira de Pesca.

Precios más elevados

Los sectores afectados por esta nueva distinción, desde marineros a grandes distribuidores, aplauden su creación, que dotará de un valor añadido al marisco y pescado de Galicia.

Eso sí, esa garantía de calidad dará más fiabilidad a los que compren, pero también afectará a sus bolsillos, ya que con este sello el sector pesquero tendrá un mayor margen para incrementar los precios, y por tanto, sus ingresos, según admitió ayer la Xunta. La norma se publicará en próximas semanas en el Diario Oficial de Galicia.

Claves para no recibir gato por liebre: 

Percebes: Los percebes gallegos tienen un máximo de 25 placas (uñas pequeñas) y están más desgastados por los golpes de mar.

Buey de mar: El de Galicia tiene las patas más largas y más vello. Una vez cocido, el gallego es más claro.

Nécoras: Si se pasa un dedo por su concha, tiene un tacto amelocotonado. Los de fuera no.

Centollo: Los franceses tienen un color rojo pálido y los gallegos tienden a ser pardos. Además, los autóctonos suelen estar cubiertos por pequeñas algas.

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