Cuando los agentes llegaron al bar, también les insultó y acabó agrediendo a uno de ellos para huir a todo galope por el centro de la localidad costera, provocando con ello una grave alteración de la seguridad del tráfico.

Los agentes solicitaron refuerzos y acabaron interceptándolo, pero viéndose rodeado alzó el caballo en posición vertical colocándolo sobre su patas traseras y enfrentándolo contra los agentes varias veces hasta terminar cayendo al suelo tras forzar al animal.

Los agentes aprovecharon ese momento para reducirlo, adoptando éste una actitud muy agresiva con patadas y puñetazos a la vez que pedía ayuda a amigos y familiares que se habían congregado. Unas veinte personas acudieron a su auxilio para impedir que se hiciera efectiva la detención.

Finamente fueron arrestadas tres personas y cinco agentes resultaron lesionados leves con magulladuras, golpes y uno de ellos con un mordisco en el antebrazo.

Los detenidos fueron trasladados a dependencias policiales y puestos a disposición de la autoridad judicial, que decretó el ingreso en prisión del individuo que inició el altercado.