Hallan con un tiro en el pecho el cadáver del vigilante huido

Le buscaban tras morir su jefe, por otro disparo, en el fuego provocado en Hacienda de San Sebastián. Tenía material incendiario
La Ertzaintza identificó ayer, cerca del parque tecnológico Miramón de San Sebastián, el cadáver de Manuel I. Apaolaza, el vigilante que estaba en busca y captura desde que el domingo un incendio provocado arrasara el edificio de Hacienda de Guipúzcoa, donde trabajaba. El cuerpo fue encontrado por unos chicos de entre 13 y 14 años mientras jugaban al balón. Presentaba un impacto de bala en el pecho y a su lado había un revólver, por lo que no se descartaba ninguna hipótesis: suicidio o asesinato. Cerca del lugar se encontró, en una caseta, material similar al presuntamente utilizado para causar el incendio.

Horas antes, la Ertzaintza había registrado la casa de Apaolaza en busca de pistas que aclarasen cómo se produjo la muerte de su superior laboral, Florencio Parra, cuyo cadáver había sido hallado con un disparo en la cabeza en el propio edificio siniestrado. Apaolaza tenía que relevarle en su puesto. Nadie sabía aún ayer qué pasó, aunque se descarta que el móvil fuera el robo de documentos.

Digno de ‘CSI’

Los dos vigilantes del edificio de Hacienda no se llevaban bien y tenían problemas laborales por los turnos. El domingo por la noche, desde dentro, alguien desactivó las alarmas, las cámaras de seguridad y provocó el fuego (tenía seis focos activos cuando llegaron los bomberos). No había ni rastro de Apaolaza, pero encontraron el cuerpo de su jefe y faltaba su arma reglamentaria.

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