La contaminación de camino a la escuela reduce la memoria de trabajo de los niños

Varios escolares de Torre Baró, en Barcelona, recorren nueve quilómetros al día por una carretera de montaña para ir al colegio.
Varios escolares de Torre Baró, en Barcelona, recorren nueve quilómetros al día por una carretera de montaña para ir al colegio.
MIQUEL TAVERNA
Varios escolares de Torre Baró, en Barcelona, recorren nueve quilómetros al día por una carretera de montaña para ir al colegio.

La contaminación atmosférica a la que están expuestos los niños de camino a la escuela perjudica su desarrollo cognitivo y reduce el crecimiento de la memoria de trabajo, según un estudio realizado en 1.200 niños de entre siete y diez años de 39 escuelas de Barcelona que hacían los trayectos a pie, liderado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal).

Los investigadores han revelado que la exposición a las partículas PM2.5 y al carbono negro durante estos trayectos está asociada a una reducción en la memoria de trabajo, ha publicado la revista Environmental Pollution.

Estas exposiciones cortas a concentraciones extremadamente elevadas de contaminantes "pueden producir impactos en la salud desproporcionadamente altos", debido a la menor capacidad pulmonar y mayor frecuencia respiratoria de los niños, según la investigadora y primera autora del estudio Mar Álvarez-Pedrerolha explicado el ISGlobal -impulsado por la Fundación Bancaria La Caixa- en un comunicado este jueves.

El estudio realizó varios tests en los 1.200 niños durante un año para evaluar la evolución de la memoria de trabajo y de la capacidad de atención, a la vez que calculó la exposición a la contaminación atmosférica a partir de estimaciones con respecto a la ruta más corta entre el domicilio y la escuela.

El análisis estadístico muestra que la exposición a PM2.5 y carbono negro está asociado a una reducción del crecimiento de la memoria de trabajo; concretamente, un incremento de un rango intercuartílico en PM2.5 y carbono negro representó un descenso del 4,6% y 3,9% -respectivamente- en el crecimiento de la memoria de trabajo esperado a lo largo de un año.

Los científicos no hallaron asociaciones significativas en el caso de la exposición al NO2 ni en otros contaminantes, ni efectos en la capacidad de atención, y han destacado que los niños se mostraron mucho más sensibles a los efectos de las partículas PM2.5 y del carbono negro que las niñas.

Beneficios de ir a pie

"No queremos transmitir la idea de que ir caminando a la escuela es perjudicial para la salud de los niños, sino al contrario", ha afirmado el jefe del programa de Salud Infantil de ISGlobal, Jordi Sunyer, que ha detallado que desplazarse a pie o en bicicleta permite integrar la actividad física en la rutina diaria y presenta beneficios para la salud superiores a los perjuicios causados por la contaminación atmosférica.

Álvarez-Pedrerol ha destacado que "el hecho de que los niños más expuestos a la contaminación sean aquellos que van a pie no implica que los que lo hacen en coche o en transporte público no estén recibiendo también dosis altas de contaminación", y ha añadido que la solución debería pasar por reducir el uso del vehículo privado para ir a la escuela y crear caminos escolares menos contaminados y más seguros.

El trabajo ha estudiado por primera vez el impacto de la contaminación que reciben los niños cuando van caminando al centro, en el marco del proyecto Breathe, después de que esta iniciativa vinculara la exposición a contaminantes del tráfico en la escuela con una reducción en el desarrollo cognitivo, y de que otro estudio revelara que el 20% de la dosis de carbono negro que reciben los menores cada día se da durante sus desplazamientos urbanos.

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