Cualquier buen aficionado a la fotografía, al nombrar a Alberto Schommer (Vitoria, 1928 – San Sebastián, 2015) seguro que puede evocar en su imaginario alguno de sus famosos retratos o, incluso, sus Paisajes negros. Menos conocidas son, sin embargo, las fotografías que ahora dan forma a una nueva exposición de este maestro del siglo XX -la tercera que se organiza después de su fallecimiento-, reunidas bajo el título Schommer. Al natural en el Centro Cultural Casa de Vacas de Madrid hasta el próximo 24 de octubre.

Durante los últimos diez años de su vida, Schoomer realizó este particular homenaje a la naturaleza que abarca, a través de 63 imágenes, desde paisajes a primeros planos de fotografías transformadas en obras pictóricas por medio de iluminaciones, pinturas y superposiciones.

"Son fotos sacadas en viajes y son más desconocidas. La muestra es un homenaje a su persona y a su visión tan particular del arte", señala la comisaria de la muestra, Alejandra Irigoyen, que añade que el artista nunca se "encontró cómodo al 100 %" en el mundo digital. "Cogió sus pinceles y se puso a experimentar, a raspar, cortar y superponer las diapositivas. Es un trabajo muy experimental".

También se exhiben fotografías de los desiertos de Libia o las junglas tropicales de la India, de sus libros La belleza oculta (2004) y El paraíso (2005). Además de paisajes de la Península Ibérica realizadas en blanco y negro donde su objetivo captura luces, sombras y gamas de grises convirtiendo el paisaje en territorios misteriosos.

Irigoyen indica que el objetivo final de esta exposición es "mostrar todas las facetas de un Schommer que era polifacético a más no poder como persona y como artista. Creo que todo el mundo se había quedado con su faceta de retratos y paisajes negros, pero estuvo muy activo hasta el final de su vida".

Para el presidente de la Fundación Schommer, Íñigo Casla, la muestra forma parte de uno de los objetivos fundamentales de la institución: difundir el trabajo artístico de que fue Premio Nacional de Fotografía en 2013. "La fundación nació antes de que muriera Shommer porque él y su mujer Mercedes se dieron cuenta de que al no tener descendientes alguien tenía que difundir su trabajo cuando ellos faltaran. Pero la fundación también tiene otro objetivo, que era una de las obsesiones de Alberto: constituir un Museo Nacional de Fotografía en España".