Sólo falta una licencia municipal de apertura, pero el ascensor de Zumalakarregi sigue parado. Dejó de funcionar a a principios de 2006 con motivo de la construcción del aparcamiento de las Piedritas, en Uribarri.

Y, pese a que el parking lleva este viernes hace una semana que se abrió, el ascensor sigue parado. Son dos años en los que los vecinos de Uribarri y Zurbaran han tenido que tirar de piernas para subir la escalinata de unos 120 peldaños, que, como el ascensor, salva un importante desnivel en el barrio.

Según ha sabido este periódico, EuskoTren, la entidad responsable del ascensor, tiene la intención de ponerlo en marcha en breve sin que hayan señalado la fecha.

El motivo aducido es que falta una licencia municipal para que retome la actividad. En la zona superior ya están urbanizados todos los pasos, con lo que no hay barreras físicas para dejar parado el elevador.

«Nos dijeron que volvería a funcionar con la inauguración del parking, pero no ha sido así», se queja una vecina de Uribarri, de avanzada edad. Su única alternativa es la de coger el autobús para subir hasta su barrio.

Con más de 100.000 usuarios al año, el ascensor, igual que los otros siete elevadores que funcionan en Bilbao, se ha convertido en un medio imprescindible para solucionar los problemas de accesibilidad de los barrios con pendientes pronunciadas. El de Solokoetxe es el más utilizado, lleva un millón de viajeros al año. Y la demanda, en general, va en aumento.