Tres personas han sido detenidas, dos en Eslovaquia y una en Hungría, acusadas de participar en el intento de venta de 481 gramos de uranio 235 y 238, que han sido confiscados por la Policía.

Según las autoridades, dicho uranio era susceptible de ser usado para fabricar las llamadas "bombas sucias", es decir, aquellos artefactos explosivos que, al detonar, liberan en la atmósfera cantidades reducidas de radioactividad.

Declaraciones de las autoridades

Michal Kopcik, vicepresidente de la jefatura de Policía, confirmó este extremo en rueda de prensa en Bratislava, donde añadió que este uranio "es tanto más peligroso porque se encuentra en polvo y según los primeros análisis se puede utilizar para fabricar bombas sucias, y en distintas formas de actos terroristas".

Por su parte, el portavoz policial Martin Koch añadió que la incautación de este material radiactivo ha sido fruto de una operación conjunta entre las autoridades eslovacas y las magiares que duró varios meses.