Una banda de exploradores urbanos en París que se autodenominan UnterGunther entraron en el Panteón (el mausoleo nacional para franceses importantes como Voltaire y Marie Curie) en noviembre de 2005, según informa Boingboing.net.
Una vez que accedieron al edificio, se fueron directamente a una de las joyas del lugar: un reloj abandonado de 1850.
Se pusieron manos a la obra para lo que llevaban con ellos un relojero profesional, Jean-Baptiste Viot, que les ayudó a fabricar las piezas que necesitaban para que volviese a moverse este reloj, que dejó de funcionar en 1960.
Después de un año de intenso trabajo en la clandestinidad, le presentaron su trabajo a Bernard Jeannot, el encargado del mausoleo. Éste recibió con grata sorpresa el arreglo y les agradeció su labor.
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