La CHE detecta en Agoncillo el primer ejemplar vivo conocido de náyade

  • Prospecciones de náyades (almejas de agua dulce) realizadas por la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) han detectado en Agoncillo el primer ejemplar vivo conocido en La Rioja.

La CHE está realizado una serie de prospecciones de náyades en el curso medio del Ebro, en concreto, en el tramo comprendido entre El Cortijo y Agoncillo (La Rioja).

Los trabajos, para los que cuenta incluso con la participación de buzos, son la base para un estudio sobre su composición, distribución y abundancia y hasta el momento han permitido constatar la supervivencia de Margaritifera auricularia (náyade) en Aragón, Navarra y, ahora, La Rioja.

El hallazgo del primer ejemplar vivo conocido certifica que esta especie es todavía viable en el cauce principal del Ebro, a pesar de las amenazas, de seguir considerándose en peligro de extinción y

estar catalogada como "especie crítica", más aún teniendo en cuenta que el ejemplar hallado es relativamente joven, se estima de unos 20 años, para una especie muy longeva que puede alcanzar los 100 años.

El ejemplar hallado se localizó junto con varios individuos de las otras tres náyades autóctonas del Ebro. Las buenas condiciones hídricas y sedimentológicas favorecieron el asentamiento de esta población.

Margaritifera auricularia está incluida en el Catálogo Español de Especies Amenazadas (Real Decreto 139/2011, de 4 de febrero) con la categoría de "en peligro de extinción" y desde el 24 de julio de 2017 la Conferencia Sectorial de Medio Ambiente la ha declarado "especie en situación crítica".

Cuenta con una Estrategia nacional de conservación y planes de recuperación en otras comunidades. Sus poblaciones son ya de pocos individuos en la cuenca del Ebro, situados sobre todo en el Canal Imperial de Aragón y en el Canal de Tauste (en Aragón y Navarra), mientras que en el río Ebro los ejemplares localizados son muy escasos y de difícil seguimiento.

El estudio, que se está desarrollando durante el estiaje, coincidiendo con caudales bajos que facilitan la búsqueda de ejemplares mediante vadeo o con buzos especializados en zonas de mayor profundidad, está permitiendo descubrir nuevas poblaciones de otras de las principales náyades, también amenazadas, de grandes bivalvos de agua dulce. Su objetivo es conocer al máximo su realidad en el cauce para que la gestión del río tenga en cuenta las necesidades de conservación.

En concreto, se refiere a cuatro especies: Margaritifera auricularia, Unio mancus, Potomida littoralis y Anodonta anatina.

La Confederación del Ebro desarrolla y financia estos estudios anuales de caracterización desde hace cinco años, a los que se suman dos realizados anteriormente en Aragón en 2012 y 2013.

Esta labor en continuo se enmarca en la línea de colaboración del Organismo de Cuenca con las Comunidades Autónomas, administraciones que tienen la competencia en materia de conservación de la fauna. Los dos estudios más recientes (del 2016 y 2015) se realizaron en el río Ebro en los tramos Agoncillo-Calahorra (La Rioja-Navarra)

y San Adrián (Navarra)-Alfaro(La Rioja).

Los ejemplares que se localizan de Margaritifera auricularia se identifican siempre tras el hallazgo con un número con el que pasan a formar parte de inventarios de las Comunidades Autónomas, lo que permite reconocer nuevos ejemplares y colonias.

Las prospecciones se han centrado en un tramo continuo del cauce principal del río Ebro entre El Cortijo y Agoncillo (Aragón), seleccionado por su alto valor ecológico e idoneidad como hábitat para las náyades.

En este tramo el río discurre por los términos municipales de El Cortijo, Logroño, Varea, Agoncillo, Arrúbal, Viana, Lazagurria y Mendavia.

Las labores, autorizadas por el Gobierno Foral de Navarra y por el Gobierno de La Rioja, las realiza un equipo técnico que incluye especialistas en biología y actividades subacuáticas.

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