El pasado 3 de agosto, el Servicio de Emergencias tuvo conocimiento de un incendio en la localidad de Otero de Bodas-Val de Santamaría que se saldó con 79 hectáreas quemadas de roble y encina. Una vez verificado y comprobado el incendio, comenzó la investigación por parte de la Guardia Civil que comprobó que el inicio del fuego se encontraba junto a una explotación apícola.

Tras realizar el pertinente informe, se verificó que el medio de ignición se correspondía con restos incandescentes depositados en el suelo provenientes de un utensilio utilizado para realizar trabajos apícolas.

De manera paralela, ese mismo día, se declaró otro incendio forestal en el municipio de Santibáñez de Tera. En esta ocasión, según informa la Guardia Civil, el desastre fue provocado por la utilización negligente de maquinaria destinada al corte de tubos, lo que provocó que ardieran 6.000 metros cuadrados de monte bajo y matorral.

Agentes del Seprona, apoyados por técnicos especialistas en investigación de incendios de la Junta de Castilla y León, comenzaron una investigación que dio como resultado la identificación de dos personas como supuestas autoras de los delitos de incendio forestal. Posteriormente, la Guardia Civil remitió los casos a los juzgados de Puebla de Sanabria y Benavente, donde continúan las diligencias.