Expertos en Ingeniería Forestal aseguran que, si no lleva a cabo una reforestación completa y urgente, los riesgos de riadas continuarán porque no hay material en el suelo para absorber el agua.

Hace un año, municipios como Cee, en A Coruña, o Santa María de Oia, en Pontevedra, sufrieron las consecuencias de las riadas. Este año las lluvias han dado margen, pero Oia se ha vuelto a llenar de lodo con el primer chaparrón del otoño. Allí, la Xunta asegura que se están llevando a cabo obras de drenaje y limpieza.

Sin embargo, los vecinos insisten en que «no se nota nada», los montes siguen igual, el cauce del río Seco está lleno de enormes cantos de piedra, no asume el agua y la carretera comarcal se anega.

Con resignación, los afectados dicen estar «preparados, pero preocupados». Este año se están salvando de las fuertes tormentas, pero temen que lo peor esté aún por venir. «Y la Xunta sólo pone parches».