China rechaza las críticas y califica de "asunto interno" la muerte del disidente Liu Xiaobo

Seguidores del fallecido disidente chino y nobel de la Paz Liu Xiaobo firman un libro de condolencias en Hong Kong.
Seguidores del fallecido disidente chino y nobel de la Paz Liu Xiaobo firman un libro de condolencias en Hong Kong.
ALEX HOFFORD / EFE
Seguidores del fallecido disidente chino y nobel de la Paz Liu Xiaobo firman un libro de condolencias en Hong Kong.

El Gobierno de Pekín rechazó este viernes los "comentarios fuera de lugar" en países extranjeros acerca de la muerte del disidente preso Liu Xiaobo, Premio Nobel de la Paz 2010, asegurando que se trata de "un asunto interno" chino.

"China es un Estado de derecho. El tratamiento del caso Liu Xiaobo es un asunto interno chino y no corresponde que los países extranjeros hagan comentarios fuera de lugar", declaró el portavoz de la cancillería china Geng Shuang, citado por la agencia Xinhua.

"Llamamos a esos países a respetar la soberanía de la Justicia china", agregó el portavoz, tras la muerte por cáncer del opositor de 61 años, semanas después de haber sido internado bajo libertad condicional en un hospital del noreste del país.

La noticia de su fallecimiento generó críticas a nivel internacional, de organismos de derechos humanos y de los familiares del Nobel, que reprocharon a Pekín que no le permitiera salir antes de la cárcel, pero el Gobierno chino insistió en que Liu recibía los cuidados de prestigiosos oncólogos.

Traslado denegado

Por su parte, los médicos que atendieron a Liu Xiaobo insistieron en que hicieron todo lo posible para salvar la vida del intelectual.

"Desde el día en que Liu Xiaobo fue admitido, el hospital ha hecho todos los esfuerzos en su tratamiento", dijo el doctor Liu, director médico del departamento de oncología del hospital de Shenyang donde estuvo ingresado sus últimos días.

El disidente y escritor murió en el hospital bajo fuertes medidas de seguridad después de que fuera excarcelado recientemente por razones médicas y sin que las autoridades le concedieran buscar tratamiento en el extranjero como deseaban él y su familia.

Según los médicos chinos que le atendieron, el paciente no podía ser trasladado porque "la situación era muy peligrosa, podría ser necesario recibir cirugía en cualquier momento", agregó Liu, una opinión no compartida por un equipo internacional de médicos que le visitó hace unos días.

Médicos extranjeros

Ante el aumento de la presión internacional, el Gobierno chino accedió a la petición de que Liu fuera visitado por médicos extranjeros, y el pasado fin de semana un equipo de doctores alemanes y estadounidenses revisaron al paciente.

Coincidieron en que el tratamiento que estaba recibiendo por parte de los médicos chinos era el adecuado pero, sin embargo, aseguraron que sí podía viajar al extranjero para recibir tratamiento, y pusieron a disposición tanto el hospital de la Universidad alemana de Heidelberg como la prestigiosa clínica MD Anderson de Estados Unidos para la atención de Liu.

Pero el Gobierno chino hizo oídos sordos a la petición y la salud de Liu se agravó rápidamente en los últimos días, hasta sufrir un fallo multiorgánico a causa del cáncer hepático en estado terminal del que había sido diagnosticado recientemente.

Durante el tratamiento, explicó el doctor Liu, los médicos realizaron 25 consultas, cinco diagnósticos conjuntos con expertos chinos e internacionales e informaron a la familia sobre su enfermedad un total de 23 veces.

"Durante sus últimas horas, Liu fue acompañado por su esposa y varios familiares. Ellos estaban muy agradecidos por el trabajo duro de todos los médicos y enfermeras", asegura el doctor.

"Subversivo"

Después de dos décadas de lucha por la democracia, Liu fue detenido en 2008 y condenado el 25 de diciembre de 2009 a 11 años de prisión por "incitar a la subversión", tras ayudar a redactar un manifiesto político que pedía reformas democráticas al régimen.

Numerosas ONG de defensa de los derechos humanos, así como los Gobiernos de EE UU o Alemania, pidieron su liberación incondicional pero Pekín desoyó sus solicitudes y le mantuvo bajo estricta vigilancia en el centro hospitalario junto a un grupo reducido de familiares hasta su fallecimiento.

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