Una turista neozelandesa de 57 años ha muerto a consecuencia del golpe recibido por la propulsión de los motores de un avión Boeing 737.

El suceso ha tenido lugar en el territorio caribeño de Sint Maarten, durante el despegue del avión en el aeropuerto internacional Princess Juliana, conocido por encontrarse tan cerca de la playa que los aviones vuelan extraordinariamente bajos, a poca distancia de los bañistas.

A pesar de las señales de peligro que rodean la zona, la mujer se encontraba subida a la valla que limita con el aeropuerto para recibir el impulso de aire que provocan los motores de los aparatos al despegar y aterrizar.

Se trata de una práctica común entre los turistas, que se agarran firmemente al cercado cuando los aviones se acercan. La neozelandesa se encontraba en la valla cuando la fuerza de los motores la tiró, lo que le provocó heridas de gravedad en la cabeza.

Los servicios de emergencia trasladaron a la mujer al hospital más cercano, pero no pudieron hacer nada para salvarle la vida.

La pista de despegue se encuentra a sólo 50 metros de la playa Maho. Los agentes se suelen pasear por la zona para evitar que los bañistas se acerquen y, además, hay señales de advertencia. A pesar de los avisos, en internet se pueden encontrar numerosos vídeos en los que la gente se aferra a la valla y, en algunos casos, salen despedidos.