A casa por Navidad. Diciembre es el mes por excelencia de los permisos en la prisión pontevedresa. Así, En la cárcel de A Lama son minoría los presos que deciden solicitar un permiso durante los meses de octubre o noviembre.

La mayor parte, reservan las licencias que les corresponden en este último trimestre del año para disfrutar de las fiestas de Navidad con unos días en libertad.

Más permisos

En el juzgado de vigilancia penitenciaria se detecta que, en lo que va de año, se ha incrementado el número de permisos que se han concedido a reclusos en las prisiones de A Lama.

Este aumento es de un 30%, pasando de los 860 de los primeros nueve meses del 2006 a los 1.124 que se aprobaron en el presente ejercicio.

Estas cifras incluyen los permisos aprobados por la junta de tratamiento de ambos centros, pero no aquellos que fueron denegados por este organismo de control y que posteriormente fueron recurridos por el recluso ante el juzgado pontevedrés.

El aumento no se debe tanto al crecimiento de la población reclusa, ya que se contabilizaban 2.014 personas encarceladas en 2006 frente a los 1.962 de este año, sino a que tanto las juntas de tratamiento como el propio juzgado están dando luz verde a un mayor número de solicitudes de los reclusos, dentro de una política más aperturista, siguiendo las directrices del Ministerio del Interior.

Una vez que la junta de tratamiento da su visto bueno a los permisos, es rara la ocasión en la que la solicitud es denegada por el tribunal.

Número de fugas

Pero no es todo oro lo que recluce, si no que también algunos de los reclusos aprovechan estos permisos para no volver nuca más a la cárcel, o al menos lo intentan.

En cuanto al número de presos que aprovecharon un permiso para no regresar a la prisión, el juzgado de instrucción penitenciarias no dispone de estadísticas, aunque sí se recogen estos datos en la memoria de la Delegación de Gobierno en Galicia: a lo largo del año 2006 un total de 81 presos de A Lama aprovecharon sus días de licencia para fugarse.

Esto supone el 71% del total de los presos de las cárceles gallegas que decidieron poner pies en polvorosa durante los permisos.

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