La Academia de Hollywood dio la bienvenida a 774 nuevos miembros procedentes de 57 países diferentes, según informó la organización en un comunicado. Se trata de una cifra récord de invitados, superando los 683 del año pasado. De ese número, el 39% son mujeres y el 30% son de raza negra, en la línea de los esfuerzos de la institución por equilibrar el sexo y la raza de sus miembros.

"Estamos orgullosos de invitar a nuestra nueva clase a la Academia", dijo la presidenta de la entidad, Cheryl Boone Isaacs. "La comunidad cinematográfica en su conjunto es la que nosotros hacemos que sea. Depende de nosotros el asegurarnos que las nuevas caras y voces sean vistas y escuchadas, y de dar una oportunidad a las nuevas generaciones, igual que alguien apostó por nosotros en el pasado", añadió.

La organización recalcó que entre 2015 y 2017 ha habido un aumento de 359% en el número de mujeres invitadas a formar parte de la Academia. También ha habido un aumento del 331% en el número de artistas de color invitados a la institución en ese mismo plazo.

En la actualidad, el 28 % de los miembros de la Academia son mujeres y un 13% son de raza negra. Entre los actores invitados para esta hornada figuran las españolas Elena Anaya y Paz Vega, el hispano-alemán Daniel Brühl, el venezolano Édgar Ramírez, el brasileño Rodrigo Santoro, Riz Ahmed, Monica Bellucci, Chris Evans, Gal Gadot, Jon Hamm, Chris Hemsworth, Dwayne Johnson, Viggo Mortensen, Margot Robbie, Kristen Stewart y Shailene Woodley, entre otros.

También destaca la presencia de los directores iberoamericanos Adolfo Aristaraín, Patricia Cardoso, Amat Escalante, Alejandro Jodorowsky, Héctor Olivera, Arturo Ripstein, Juan Carlos Tabío y Pablo Trapero, así como el director de fotografía español José Luis Alcaine y Juanjo Giménez, director del cortometraje Timecode, nominado en la pasada edición de los Oscar.

En enero de 2016, la Academia de Hollywood anunció una serie de cambios con el objetivo de duplicar entre sus miembros el número de mujeres y personas de diversas razas para el año 2020, una medida con la que pretendía aplacar las críticas por la falta de diversidad en los Oscar.

La polémica explotó tras conocerse las nominaciones en la 88 edición de los premios de la Academia, en las que por segundo año consecutivo no figuraba ningún actor negro en las candidaturas de interpretación.