Fiscal mantiene 2 años de prisión para guardia acusado de matar a un joven durante persecución y 4 la acusación

  • El Ministerio Fiscal mantiene la pena de dos años de prisión para el agente de la Guardia Civil acusado por el propio fiscal de homicidio imprudente, al herir mortalmente a un sospechoso de robo en el transcurso de una persecución, al sostener que su actuación "no está justificada" ante un vehículo en huída.
El guardia civil acusado sentado en el banquillo
El guardia civil acusado sentado en el banquillo
EUROPA PRESS
El guardia civil acusado sentado en el banquillo

En lo sustancial, considera que los hechos ocurrieron tal y como narraron los agentes, ante las "incompatibilidades" en las tesis de los compañeros del fallecido y que el trabajador de la gasolinera, que no ha comparecido, "no vio todo lo ocurrido", pero señala que la actuación del agente no está "justificada" ante un coche que huía, por lo que indica "no estaban en peligro".

"La actuación no es proporcionada a las circunstancias y el agente debe ser condenado", ha remarcado el fiscal, que mantiene, asimismo, la obligación de indemnizar a los perjudicados en 95.000 euros.

Por su parte, la acusación particular ha pedido la pena de prisión de cuatro años para el agente y una indemnización que asciende a los 150.000 euros al considerar que la actuación del agente fue "desproporcionada", entendiendo que el acusado "miente con una versión acomodada", tachando de "inverosímil" la versión que se da en los informes de los hechos y defendiendo la "coherencia" de las declaraciones de los dos compañeros del fallecido.

Tras poner en duda lo ocurrido con la barra de hierro que estaba en el coche de los jóvenes y que la cinta de la gasolinera no grabara "casualmente", ha insistido en que el agente "se extralimitó" en sus funciones, así como en que no existió ni el alto por parte de la Guardia Civil ni ningún atropello, en que los jóvenes "no eran delincuentes profesionales", en que la actuación fue "reprochable" y en que el acusado "debe ser castigado porque los agentes infringieron los reglamentos".

El abogado defensor, que ha pedido la absolución de su defendido, ha señalado que el planteamiento por homicidio, como indica la acusación particular, "no se sustentan, no existen elementos para ello", pues "los agentes responden a un aviso donde se les indica que extremen precauciones" lo que significa que aquellos a los que buscan "pueden ser violentos o portar armas".

Ha mantenido que los agentes estaban en una situación de "grave riesgo", que la situación se vio agravada por el comportamiento de los jóvenes, que en lugar de parar el vehículo, salieron huyendo, que no dudaron en atropellar a un agente y que el otro compañero de la Guardia Civil disparó "porque entiende que el coche iba atropellar a su compañero".

Además, de los ocho disparos que se encontraron en el vehículo, solo dos, las que impactan en la puerta del conductor, "estaban a unos 10-15 centímetros por encima del resto", que según los peritos fueron realizados desde el lado lateral izquierdo a una altura de unos 60 centímetros, "con lo que el tirador debía estar en cuclillas" a la altura de la cintura"; el resto de los disparos fueron a la rueda de atrás.

El abogado del Estado ha sostenido el relato de los agentes ante las "vaguedades" de los testigos, asegurando que "no hubo intencionalidad", que el objetivo de la Guardia Civil era la detención del vehículo, recordando que los compañeros del fallecido reconocieron este miércoles que la intención era "huir".

En la segunda jornada del juicio, que tenía lugar en la Sección 2 de la Audiencia Provincial de Murcia, también han declarado el agentes de la Guardia Civil que realizó un informe interno para la Benemérita, que concluyó que las actuaciones de los agentes "estaban proporcionadas", de hecho, no se les abrió expediente disciplinario. En su declaración, ha manifestado que, en tal situación, "quizás hubiera actuado exactamente igual".

Otros agentes, los que realizaron el atestado y la primera inspección ocular, han indicado que en la gasolinera en cuestión había unas huellas de neumáticos de arrancada de unos ocho metros, que el coche salió recto y rápido, realizando una curva al final.

También han declarado el dueño y uno de los empleados de la gasolinera, que han coincidido en indicar que no llevaban un control exhaustivo de la cinta de grabación y que los fines de semana cuando se acababa la cinta no solían reponerla. De hecho, se ha indicado que siete horas antes del suceso la cinta se había agotado, por lo que no se grabó nada.

El juicio ha quedado visto para sentencia.

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