Así, a partir de ahora, todos los trabajadores de la sanidad vasca que puedan ser objeto de alguna agresión recibirán asistencia jurídica, incluso serán acompañados a los tribunales. «El objetivo es mostrar la cercanía y protección de Osakidetza a los trabajadores, asesorarles legalmente y acompañarles, para evitar de esta forma las situaciones de desprotección o desamparo de las víctimas», señaló Gloria Quesada, directora general del Servicio Vasco de Salud.

La asistencia jurídica llegará, incluso, a la asunción de la defensa legal de la causa por parte de Osakidetza ante los tribunales, en los casos que se consideren oportunos. Asimismo, los afectados recibirán la Guía de orientación jurídica, en la que se les informará de sus opciones.

En el protocolo se incluye, además, un conjunto de actuaciones dirigidas a obtener un mayor conocimiento de los casos de agresión, «con el fin de adoptar las medidas más eficaces para prevenirlas y evitarlas».

Osakidetza enviará el nuevo protocolo directamente a los domicilios de los trabajadores de aquellos servicios en los que los ataques son más frecuentes, como salud mental, urgencias o asistencia domiciliaria.

Tres años de cárcel El pasado mes de septiembre, el Consejo de Médicos de Euskadi y la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco firmaron un acuerdo por el que la agresión a un médico se consideraría un atentado contra funcionario público, y podría acarrear entre uno y tres años de prisión.

Los auxiliares, los más atacados

Si hay una parte del personal que trabaja de forma más cercana al paciente y a sus familiares, ésa es la de los auxiliares de enfermería. Es por esto que de las 124 agresiones que ha sufrido el personal sanitario vasco en lo que llevamos de año, la mayoría se las han llevado ellos. En concreto, han recibido 54 de los ataques, mientras que 40 han sido para las enfermeras, 10 para los médicos y 20 para trabajadores de otros servicios, como celadores o administrativos.