Las narices más prominentes del cómic español cumplen 50 años. Y han recurrido a retoques estéticos, pero de la pluma de Francisco Ibáñez.

Poco más ha cambiado en la esencia de los agentes Mortadelo y Filemón desde que vieron la luz en el tebeo Pulgarcito en 1958, meses después de que Ibáñez terminase su primera historieta. Uno recibió su nombre por ser alargado y fino como una mortadela; el otro, por un filetón.

La inestabilidad laboral no les ha afectado, y aún trabajan en Técnicos de Investigación Aeroterráquea, la T.I.A. Allí comparten desventuras con el superintendente Vicente –El Súper– y el profesor Bacterio, cuyos artefactos provocan numerosos desastres. El toque femenino lo aporta la fortachona secretaria Ofelia, que bebe los vientos por Mortadelo.

Los disfraces de éste y las meteduras de pata de su jefe son célebres en casi toda Europa; sus historias se han traducido a 15 idiomas, como el checo o el serbo-croata. Las viñetas en portugués, además, se venden en Brasil.

Con los tiempos, Mortadelo y Filemón han participado en Juegos Olímpicos y Mundiales de Fútbol. El año pasado se apuntaron también al de baloncesto en Eurobasket 2007. Se adaptaron a la nueva moneda en ¡Llegó el euro! y conmemoraron el aniversario de Cervantes en Mortadelo de la Mancha. Su medio siglo de vida se recoge en El gran libro de Mortadelo y Filemón, que sale hoy a la venta. El color lo ponen en Ediciones B, porque, a pesar de los años, Ibánez aún los dibuja en blanco y negro.

Tiras de papel, tiras de celuloide

Los personajes de Ibáñez dieron el salto a la gran pantalla en 2003. La gran aventura de Mortadelo y Filemón, de Javier Fesser, con Pepe Viyuela y Benito Pocino como protagonistas, fue un éxito de taquilla. En enero de 2008 se estrenará un segundo filme, Misión salvar la Tierra. A las órdenes de Miguel Bardem, Viyuela repite como Filemón, y el Neng reemplaza a Pocino como Mortadelo.