"Le dije al juez claramente que yo los parí pero que ellos decidieron", señala María del Valle, quien expuso ante el magistrado cómo sucedieron los hechos de aquel día que ni ella ni su esposo olvidarán nunca.

"Ingresé tras un cólico nefrítico y los médicos del Ingesa me aseguraron, basándose en una ecografía, que mis niños estaban perfectamente", apunta. Sin embargo, cuando ya estaban en este mundo y sin realizarles a los pequeños prueba interna alguna, los médicos consideraron que los bebés no eran viables y que morirían en 10 minutos.

Hasta 20 horas estuvieron llorando los pequeños a los que no se dio ni alimento ni calor. "Insistimos en que los evacuaran pero no nos hicieron caso", recuerda Valle quien jugó durante unos minutos con sus pequeños que, asegura, "me cogían el dedo con sus manitas".

Una de las preguntas en las que más insistió el juez fue en si la familia firmó algún tipo de autorización sobre el destino de los pequeños, a lo que tanto padres como abuelos respondieron con un "no" rotundo, "nadie nos consultó".

El abogado de la familia se mostró satisfecho con la declaración y ahora esperan el siguiente paso que será un informe que el magistrado ha solicitado a un catedrático de Cádiz.

El juez rechazó recientemente la exhumación de los cadáveres para realizarles una segunda autopsia, solicitada por el abogado de la familia. "Considera que no es necesaria ya que los médicos reconocieron que dejaron morir a los bebés porque consideraban que no eran viables, de manera que la falta de asistencia ya está reconocida, por lo tanto, no recurriremos esta decisión", explicó el letrado.

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