A través de un decreto, la Fiscalía señala que una vez estudiadas las pruebas presentadas "ciertamente se observa que al presentar a los enfermos mentales como seres peligrosos y marginales" que "deben provocar terror o burla", el espectáculo "podría incurrir" en un delito de odio contemplado en el Código Penal.

Pero, apunta que el espectáculo aún no ha tenido lugar, por lo que el supuesto delito no se habría cometido y la suspensión del mismo, como pedía la federación, "supondría una censura previa expresamente prohibida" en la Constitución, "sin perjuicio de que pueda recurrirse la concesión de la licencia por la vía administrativa".

Por eso, se indica que los hechos denunciados no tienen carácter de delito al no haberse celebrado el evento, por lo que archiva provisionalmente las actuaciones, sin perjuicio de las acciones que se puedan llevar a cabo en otro ámbito o las denuncias que se puedan interponer en los juzgados, una vez el espectáculo haya tenido lugar.

Feafes presentó la denuncia al considerar que los textos y videos que utilizan en la publicidad difundida y en la web así como los contenidos del espectáculo "están dirigidos a asociar personas con problemas de salud mental a estereotipos negativos, a violencia, a miedo, se les convierte en seres peligrosos o psicópatas".