“Indignados” con un ascensor que se queda parado habitualmente, tiene goteras, poca iluminación, los techos se desprenden, le falta ventilación y, que, en resumen, no representa el “transporte digno que se merecen” en el barrio.

Así se sienten los vecinos de Arangoiti, que están dispuestos a boicotear el elevador para que el Ayuntamiento de Bilbao y el Gobierno vasco les escuchen. Quieren que se rescate la concesión, que una empresa privada adquirió por cien años en 1954, y se reforme la instalación por completo.

Los vecinos, como primera medida, llevarán a cabo una manifestación por el barrio el próximo 15 de noviembre a las 19.30 horas y colocarán pancartas por la zona para hacerse oír. De no haber resultados, empezarán a “boicotear” el ascensor.

Entre esas medidas, “entrar todos los vecinos sin pagar en el ascensor o parar el autobús que sube al barrio”, explicaron ayer los representantes vecinales. Los 5.000 residentes de Arangoiti llevan muchos años soportando la instalación que, según ha reconocido el Gobierno vasco, no cumple las medidas de seguridad.

El Ejecutivo autónomo concedió a la empresa una subvención de 600.000 euros para reformar el ascensor. Pero las obras no han llegado aún. “Llevan dos meses de retraso y la empresa no ha firmado aún el acuerdo con el Gobierno vasco, porque no se pone de acuerdo con lo que tiene que arreglar”, explica Alaitz Argandeña, una de las vecinas.

En realidad, el proyecto de reforma, señalan los vecinos, no tiene en cuenta ni el pasillo de 30 metros por el que se accede a los ascensores ni el recibidor. “Tiene 50 años, y sólo lo ha pintado”, explica. Su única alternativa para acceder a sus casas desde Deusto es subir a pie o esperar al autobús. Pero no es lo mismo. El ascensor cuesta 28 céntimos, el autobús 53 con creditrans y, además, pasa con una frecuencia de media hora y “sólo” hasta las 21.20 horas.