Deja tu puesto con elegancia

Baja voluntaria. Si quieres abandonar una empresa no debes olvidar las buenas maneras al decírselo a tus jefes.
Al marcharnos de una empresa conviene dejarse las puertas abiertas, por si fuese necesario volver en el futuro.
Al marcharnos de una empresa conviene dejarse las puertas abiertas, por si fuese necesario volver en el futuro.
Al marcharnos de una empresa conviene dejarse las puertas abiertas, por si fuese necesario volver en el futuro.

Bien porque hemos encontrado un trabajo mejor, porque nos vamos a vivir a otra ciudad o porque estamos hartos del jefe, es probable que en un momento u otro de nuestra vida profesional tengamos que dejar el empleo que tenemos. La cortesía, la etiqueta y la profesionalidad son convenientes para no quemar ningún puente por el que pudiéramos necesitar pasar en el futuro.

Ten presente...

Cosas a evitar.- No hay que hacer afirmaciones de las que luego podamos arrepentirnos. Otras empresas pueden pedir referencias nuestras y nos podemos encontrar en otros lugares con cualquier persona con la que hayamos trabajado antes. Conviene irse en buena armonía con todo el mundo.

Situaciones difíciles.- Es posible que, nada más dimitir, se nos pida que abandonemos el lugar de trabajo. Recordemos que tenemos derecho al uso del material que hayamos producido. Los jefes o compañeros pueden intentar  hacernos sentir culpables por abandonar, pero no tenemos obligación de ofrecer excesivas explicaciones de por qué dejamos el trabajo.

Contraofertas.- Si intentan convencernos y nos hacen una oferta mejor en sueldo o condiciones, no conviene aceptarla. Parecerá que nuestra intención de irnos no era genuina, sino sólo una técnica de coacción. También debemos estar psicológicamente preparados para recibir algún desprecio: muchos jefes ignoran a los empleados que se van a marchar o, incluso, son descorteses con ellos.

Nuestros derechos.- Al dimitir hemos de conseguir los beneficios que nos correspondan: compensaciones, bonos, vacaciones pendientes, moscosos, pago de horas extraordinarias, etc. Pedir todo esto no es ningún abuso, sino simple justicia.

Carta de dimisión.- Debemos entregarla a nuestro jefe inmediato, con copia al Departamento de Recursos Humanos. Debe ser totalmente respetuosa y cuidada. En el primer párrafo debemos indicar nuestro deseo de cesar en la actividad y mencionar una fecha concreta, que será la de la baja oficial. En otro párrafo podemos, si queremos, indicar la razón por la que abandonamos. En el siguiente conviene agradecer la oportunidad brindada y acabar con una nota positiva.

LO FUNDAMENTAL

Avisar con suficiente tiempo (lo habitual suele ser entre dos y cuatro semanas).

Ofrecer ayuda en la búsqueda de un posible sustituto.

Enseñar los pormenores del trabajo a la persona que nos reemplazará.

Resolver los asuntos de mayor envergadura a los que nos dedicábamos.

Dejar un informe escrito sobre los detalles del trabajo que sólo nosotros conocemos.

Mantener el contacto para que puedan consultarnos sobre cualquier duda que surja.

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